Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad psiquiátrica es responsable de 2/5 del total de la discapacidad mundial global y afecta especialmente a gente joven. Esta discapacidad se evita o se reduce con instituciones que rehabilitan a los pacientes y los ayudan durante el proceso de recuperación.

Muchos pacientes son rehospitalizados con mayor frecuencia como resultado de sus capacidades sociales y laborales inadecuadas que a causa de sus trastornos psicopatológicos.

En todo el mundo se pone el énfasis en la calidad de vida de los individuosy no sólo en la supervivencia o en la mera ausencia de sintomatología positiva (delirios, alucinaciones, etc.).

La calidad de vida depende más de la sintomatología negativa de la enfermedad (abulia, desinterés, depresión), que es la más difícil de tratar.

La limitación del individuo discapacitado no depende sólo de su déficit sino también de las situaciones que le genera el medio ambiente que lo rodea, siendo la discapacidad una situación relativa. En consecuencia, la capacidad remanente es más importante que el diagnóstico psiquiátrico para el futuro del sujeto.